Epifanías:
Caminaba muy atento al piso, buscando sus escondrijos para bichos que son conocimiento disfrazado. Tropecé con una piedra y caí sobre una fila infinita de ordenadas piezas de dominó. Se tiraron una a la otra en una sucesion de epifanias que acabaron por derretir mi cerebro hasta que tocó el piso una substancia gris y acuosa: la razón.Foto-Descripciónes:
Pintando un cuadro de cuatro chinos. Todos muy formalmente embellecidos. Uno de ellos trae un maletín, observa fijamente al que tiene en frente, que ya lo miraba de antes con las cejas fruncidas y un puro humeante atado a su mano enguantada. Los otros dos estan perdidos, uno mira al cielo y el otro a la tierra.
En un bar cerca de cabildo y juramento, donde cerca se vende parnafernalia diversa, atacan las palomas. Los mozos enfurecidos corren hacia la mesa-victima. Pero las palomas ya estaban encima de ella. Habrán sido siete. Picoteaban el azucar y tiraban vasos agitando sus frenéticas alas. El piso lleno de vidrios, y una paloma pareció cortarse, porque lanzó un gemido estridente y con gotas coloradas pinto la escena. Llego un camarero y se puso a ladrar cual terrier hasta que las palomas decidieron irse por voluntad propia.
Y yo con ellas.
Volamos unas cuadras hasta que una se dió vuelta y me dijo "¿Vos no tendrias que ir a clase de clown?". Ah! Si! Recordé.
Bajé despacio. Arregle mi saco y remera y partí hacia clown mientras una sonrisa sombría tergiversaba los gestos de mi cara.
En un bar cerca de cabildo y juramento, donde cerca se vende parnafernalia diversa, atacan las palomas. Los mozos enfurecidos corren hacia la mesa-victima. Pero las palomas ya estaban encima de ella. Habrán sido siete. Picoteaban el azucar y tiraban vasos agitando sus frenéticas alas. El piso lleno de vidrios, y una paloma pareció cortarse, porque lanzó un gemido estridente y con gotas coloradas pinto la escena. Llego un camarero y se puso a ladrar cual terrier hasta que las palomas decidieron irse por voluntad propia.
Y yo con ellas.
Volamos unas cuadras hasta que una se dió vuelta y me dijo "¿Vos no tendrias que ir a clase de clown?". Ah! Si! Recordé.
Bajé despacio. Arregle mi saco y remera y partí hacia clown mientras una sonrisa sombría tergiversaba los gestos de mi cara.
"La Puerta"
- Después de Clown -
Buenas tardes estimado lector. Vengo a guiarlo a través de un auténtico, laberíntico pasaje. Sigame, por favor, no se lo pierda. Se lo digo de corazón, levantando mis cejas y tocandome el sombrero.
Venga, venga, sienta como de a poco entran por sus ojos mis letras a medida que usted procede sistematicamente a leer de izquierda a derecha. Ya pasa de sus ojos alrededor, sienta el cosquilleo de la literatura, deleite su nariz y sus poros con poesia. Pase a su cuello. Emita una nota si quiere. Permita la entrega absoluta de su cuerpo a este texto. De su uña del pie izquierdo al ultimo pelo de la oreja derecha.
Ahora sí. Acompañeme por esta puerta mientras sus pies se enfrian y remanga sus brazos al pecho para aguantar el calor. Una suave nevada cae en su rostro pero no es ningun obstaculo para ver el valle que tiene en frente. Esta usted encima de una montaña nevada!
Detenga la foto, deje que el infinito segundo corra por sus venas y haga latir su corazon. Ahora, invierta los polos, lata para atras, expulse la sangre.
La imagen se desvanece hasta su negativo, lo que era blanca nieve, ahora a la luz de la noche, se vuelve un oscuro piso de palabras, y el cielo todo lo vacío que hay entre esta palabra y la proxima.
Buenas tardes estimado lector. Vengo a guiarlo a través de un auténtico, laberíntico pasaje. Sigame, por favor, no se lo pierda. Se lo digo de corazón, levantando mis cejas y tocandome el sombrero.
Venga, venga, sienta como de a poco entran por sus ojos mis letras a medida que usted procede sistematicamente a leer de izquierda a derecha. Ya pasa de sus ojos alrededor, sienta el cosquilleo de la literatura, deleite su nariz y sus poros con poesia. Pase a su cuello. Emita una nota si quiere. Permita la entrega absoluta de su cuerpo a este texto. De su uña del pie izquierdo al ultimo pelo de la oreja derecha.
Ahora sí. Acompañeme por esta puerta mientras sus pies se enfrian y remanga sus brazos al pecho para aguantar el calor. Una suave nevada cae en su rostro pero no es ningun obstaculo para ver el valle que tiene en frente. Esta usted encima de una montaña nevada!
Detenga la foto, deje que el infinito segundo corra por sus venas y haga latir su corazon. Ahora, invierta los polos, lata para atras, expulse la sangre.
La imagen se desvanece hasta su negativo, lo que era blanca nieve, ahora a la luz de la noche, se vuelve un oscuro piso de palabras, y el cielo todo lo vacío que hay entre esta palabra y la proxima.
muy bueno.
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