lunes, 18 de julio de 2011

Sabado soleado

(Continuación del texto "Lunes otra vez").

La plaza tan linda, al borde del río, una suave brisa. Una camisa a cuadros, roja y negra y un mp4: “Fuimos los soldados a la madrugada”.

El viento mueve las olas, como algunas mareas (o algunos vientos, en cualquier caso) mueven las ideas de millones de argentinos verdes, desenraizados. Nosotros que no somos, nosotros que somos más que nadie: Piedras y plumas en el viento.
La derecha y la izquierda se despliegan en el pasto y en el cielo, un pájaro, ¿Será paloma o águila? No se si importa mucho, son dos alas de un mismo cuerpo.

No se, metáforas complejas, que no entiendo demasiado. ¿Es sábado, hoy creo que ni sale el diario, o si? Bue, igual no lo compré.

“Hola, disculpá, te reparto un panfletito”
“¿Que es esto?” Le pregunto, sin mirarla, me encandilaba el sol.

“Somos del PO” (Partido Obrero) “Estamos militando”.
Ahí la ví.

“Emm… ah mira vos.. y contame, de que se trata?”

Juntan menos gente que un equipo de futbol cinco.
“Estamos juntando gente para una charla abierta en la uba sobre el marxismo”

Dios mio, que poco me importa.
“Ahh.. si? Mira vos, y cuando es”

En realidad, ella era bastante linda.

Me sonrió. “Es ahora dentro de un rato, si queres vamos juntos”.

Mientras tanto, sonaba en el mp3: “… esa ambición. Y ahora estoy en libertad.”

Me llega un mensajito de texto:

“¿Como te levantaste hoy? ¿Hacemos algo más tarde?”

¡Mierda! Era Martina, la chica que conoci en el bondi el otro dia.

Sigue sonando el mp3: “Y ahora que puedo pensar, en no volver a ser ese mismo de antes.”

En no volver a ser ese mismo de antes.

La chica me seguía mirando.

“¿Y, vamos o no? Queda un rato, creo que hay un café lindo cerca de la catedral, queda en una biblioteca.”

“Emm, no. No puedo, estoy de novio.”

“¿Y eso que tiene que ver?”

Me levanté y me fui despacio. No sabía que contestarle. De hecho, no se ni porque le dije eso.

Me puse los auriculares y caminé a centenario. Conteste el mensajito: “Me levante muy bien, ¿vos? Dale, hagamos algo, hay un cafesito cerca de la catedral que quiero mostrarte.”

Mientras tanto, sonaba el mp3: “Y querer lo que queres, sin tener que lastimar.”

Reyes de la noche, de los Guasones. Que gran tema.

domingo, 3 de julio de 2011

Lunes otra vez

“Sobre la ciudad, la gente que ves, vive en soledad”.
Gran tema de Charly para escuchar a la mañana cuando te subís al bondi para ir a la facu. Ése y alguno que otro de Spinetta, o de Sumo: “Mañana de sol, bajo por el ascensor”.
Un día como cualquier otro. Se respira un aire denso, de duelo, un corazón roto, las caras torcidas de un hincha decepcionado, las remeras derretidas de rojo y blanco y una sensación de que un héroe ha caído hacia un pozo profundo y parece que no va a salir nunca.
La misma Argentina de siempre, o la que yo veo, por lo menos. Esa que sigue siendo una colonia, para la cual nunca hubo independencia. Esa cuya identidad nacional es igual a la de un adolescente, una pugna entre lo primitivo y lo elevado. Una Argentina de líderes, de personajes, y no de ideologías. Una Argentina que ya no sabe donde queda el “adelante” y se conforma con moverse hacia los costados.
En fin, la misma Argentina de siempre, un lunes igual que cualquier otro, una mañana de sol, y este sesenta camino a mi futuro.
Pero siempre algo nuevo pasa, un nuevo tono, un mágico punteo en medio de una armonía larga y uniforme. Se sube ella al colectivo, parece una más pero yo se que no es así. Varias veces me la cruce, hoy se sienta al lado mío. Me mira y me sonríe. Tiene una mirada fría y sonríe con toda el alma, como si ésa fuera la última que le da al resto. Y era para mí.
“¿Tan linda te parezco? Ya me di cuenta, me miras cada vez que subo.”
“Emm… Si.”
Se ríe.
“¿Qué escuchabas?” Me pregunta y apunta al mp3.
“Emm.. Ch-ch-charly, Charly Garcia”
Se ríe de nuevo.
“Me gusta Charly García”